La
Semana Santa, junto a la Navidad, se ha convertido en un período festivo en el que conviven lo sagrado y lo profano. Días de descanso laboral y ocupación viajera, en los que se comparten los placeres ofrecidos por los lugares de destino con el fervor religioso que anida en la reconstrucción de la pasión crística, revivida en pasos y procesiones que compiten en arte y dedicación entusiasta de cofradías, penitentes y observadores más o menos partícipes.
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Miniatura siglo XII |
También hay quienes aprovechan esas fechas, ya inmediatas en este año, para huir de todo lo que implica aglomeraciones más o menos respetadas, pero no compartidas. Son muchos los viajeros que buscan el encuentro con la belleza y tranquilidad de la
Montaña Palentina que se disfrutan en
Revilla de Pomar y su entorno. Tal vez, sin ser conscientes de ello, estén persiguiendo el accésit a la divinidad a través de la iniciación de sentirse "bautizados" por los
cuatro elementos, como sintetiza la miniatura alsaciana del siglo XII plasmada en el pergamino que se reproduce junto a este párrafo.
Agua,
tierra,
aire y
fuego se unen y funden en este enclave para asegurar esa renovación integral que persigue todo viajero.
El agua, brotando de la tierra en nuestro Monumento Natural de
Covalagua.
La tierra, con cuya piedra se formó el menhir de
Canto Hito, pulido y cincelado por el aire del
Páramo de la Lora y, bajo su planta, la belleza mágica de la
Cueva de los Franceses, forjada y esculpida pacientemente por el agua en su goteo milenario.
El aire, que se hace visible y tangible en el espléndido
Mirador de Valcabado, sobre el valle cántabro de Valderredible. Y
el fuego que, domesticado en la cocina casera de
CASA FLORENCIO, se convierte en una amplia y deliciosa gama de gratificantes sabores.
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Disfruta de los cuatro elementos en el Restaurante CASA FORENCIO |
En estas próximas vacaciones de
Semana Santa no dejéis de visitar
Revilla de Pomar y sus
alrededores, disfrutando de la gratificante gastronomía de
CASA FLORENCIO.
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