Yala e Iyar Trujillo en el patio interior de Casa Florencio |
Algunos pequeños grandes amigos de Casa Florencio |
En diferentes foros profesionales de propietarios y empresarios de establecimientos de Turismo Rural está abierto y candente el debate acerca de la problemática que representa la confusión generada por la etiqueta "RURAL", en muy diferentes tipos de establecimiento. El caos definitorio, sumado a la situación económica general, se ha convertido en sinónimo de turismo "ganga" y "baratero" para un amplio sector del mercado y, por ello, sujeto a especulativas subastas de precios que no tienen en consideración el valor de las evidentes diferencias de calidad, instalaciones y servicios que existen entre unos alojamientos y otros.
Esta tendencia creciente está siendo causa y efecto de un significativo segmento de viajeros que buscan obtener "ganancias del río revuelto" y que, con su presión, están tomando el control de la gestión de muchos empresarios que nunca debieron renunciar a esa responsabilidad.
En CASA FLORENCIO hemos optado por ser más selectivos y no "llenar a cualquier precio", aunque hemos ajustado responsablemente los precios de nuestras ofertas periódicas a las circunstancias. Queremos seguir recibiendo amigos de calidad... aunque sea menor la cantidad.
No podemos ignorar que, para nosotros, CASA FLORENCIO no es un negocio ni siquiera un trabajo, aunque suponga mucho quehacer. Es un modo de vida, en la que, como personas, nos gusta relacionarnos con gente encantadora que aprecia y valora el conjunto de lo que aquí ofrecemos.
El tiempo nos dará la razón... o no. Pero, en ningún caso, podrá evitar que hayamos disfrutado tanto como nos satisface hacer disfrutar.